El Índice Económico del Cercle actualizado del mes de marzo muestra cómo la aceleración de la actividad económica balear pierde cierto impulso, siendo el número de indicadores que aceleran el 86% (frente al 89% del mes inmediatamente anterior). La guerra que ha estallado en Ucrania, con sus derivadas en cuanto al precio de la energía, la escasez de determinados productos y la posibilidad de una inflación todavía más persistente de la prevista, pueden comprometer la senda expansiva.
Según las previsiones, no será hasta mediados de 2022 cuando se pueda intuir la senda de crecimiento a medio plazo y cuando las comparaciones respecto al año anterior se ajusten al retorno gradual de la normalidad.
El elevado endeudamiento público se erige como uno de los efectos más desequilibrantes generados a raíz de las políticas aplicadas por la pandemia.