Liderar el proceso de descarbonización y reducir los plazos para alcanzarla podría colocar las Islas Baleares a la vanguardia europea de la transición energética y la implantación de energías renovables.
Un estudio elaborado por Monitor Deloitte en colaboración con Endesa hace incidencia en la oportunidad que supondría acelerar el proceso de descarbonización de las Islas Baleares y adelantarlo una década con el fin de obtener beneficios en materia de inversión y recuperación económica, generación de empleo, y eficiencia energética.
Así lo ha explicado el director general de Endesa en las Islas, Martí Ribas, quien asegura que el gasto energético de las familias baleares disminuiría entre un 30 y 40% en 2030 con respecto a la actualidad y entre un 60 y 72% para 2040. Un gasto que hoy es susceptiblemente más elevado en comparación con otros territorios por las características insulares (inexistencia de saltos de agua generadores de energía, inaplicación de energía nuclear, terciarización de la economía…).
Para ello, Ribas apuesta por un cambio de hábitos hasta conseguir el descenso de las emisiones del parque móvil mediante la implantación del uso del vehículo eléctrico, la migración de los sistemas de calefacción hacia la bomba de calor y los suelos radiantes y la potenciación del autoconsumo energético. Sin olvidar el relevante papel del llamado hidrógeno «verde» y una industria orientada a apoyar la necesaria transición energética que consiga también la eficiencia de la energía fósil.
Como retos a alcanzar para poder llevar a cabo este ambicioso proyecto, no se puede obviar la necesidad de una fuerte inversión que permita crecer en instalaciones y almacenamiento sostenible para cubrir la demanda. También con la necesidad de contar con un marco regulador sólido y toda la energía de la Universidad y los emprendedores que canalicen el talento para tener éxito en esta descarbonización temprana.