¿Cómo se puede comparar el tamaño de varias economías cuando no se producen las mismas cosas ni se proporcionan los mismos servicios? ¿Por qué decimos que un país o una región es una potencia económica o supera a otra determinada?
Igual que los organismos vivos intercambian y transforman continuamente materia y energía para mantener su estructura y sus actividades vitales, la economía – y la Balear no es una excepción- también tiene su particular “metabolismo vital” que le permite producir, de forma ininterrumpida, bienes y servicios consumiendo recursos y generando residuos. El valor total de todos los bienes y servicios finales (no intermedios) producidos por la economía de un país o de una región en un periodo determinado es, exactamente, el Producto Interior Bruto (PIB) la más importante medida utilizada para seguir el curso de la macroeconomía, y que permite cuantificar las variaciones del nivel global de la producción y de los precios.
Las anécdotas no pueden sustituir a la realidad de los datos. En un momento determinado necesitamos medir cuánto engordamos o cuál es nuestra pérdida de peso. Y necesitamos saber, con mayor precisión, si esa flaqueza o ese sobrepeso se debe a “grasa” o a “músculo”. La situación, y el pronóstico, es muy diferente.
Puede parecer sencillo, pero es muy complejo. Steven Landefeld, Director de la Oficina de Análisis Económico de los Estados Unidos, lo resumió de manera más brillante: “El PIB es uno de los grandes inventos del siglo XX”. Ayuda a los Gobiernos, a los empresarios y a los ciudadanos porque todos necesitamos saber qué es lo que está pasando. No es la panacea- deja fuera otras variables del bienestar- pero, como el termómetro en medicina, es un invento muy útil.
El uso más importante del PIB es pues como medida del tamaño de la economía, proporcionando una escala con la que medir el comportamiento de la actividad económica –y de sus diferentes ramas- en relación a los años precedentes o comparar, en nuestro caso, la energía económica de las Islas respecto al resto de Comunidades Autónomas o regiones europeas.
Necesitamos ser muy cuidadosos, sin embargo, a la hora de utilizar e interpretar cifras, sobre todo cuando hacemos comparaciones temporales. Parte del incremento del valor del PIB representa, en este caso, incrementos de los precios de los bienes y servicios. En un periodo determinado podemos duplicar el valor del PIB, pero no el tamaño de la economía real.
La Contabilidad Regional de España responsabilidad del Instituto Nacional de Estadística (INE) estimó, en diciembre de 2018, un avance del PIB de Baleares de 30.435.900.000 euros en el 2017, frente a los 29.134.126.000 de 2016, lo que supone un 2,6 % del total nacional. Cataluña es, en esa estimación la economía más potente, un 19,2% (7,4 veces el valor de la nuestra).
En la figura adjunta puede verse una gráfica que sintetiza la economía actual Balear relacionando el peso de las diferentes ramas de actividad económica –incluido impuestos netos sobre los productos-, el empleo que cada una de ellas ocupa y la variación de las mismas desde el año 2000.
La Hostelería, restauración y comercio suponen un 34,4 % del PIB, pero llama poderosamente la atención el peso cada vez mayor de las “actividades inmobiliarias” (compra-venta y alquiler) que han crecido en lo que va de siglo un 430%. Su aportación al PIB es ya de un 13,3 % – generando solo el 1,5 % de empleo- cifra similar a la que suponen la Administración Pública, educación, actividades sanitarias y servicios sociales juntos (13,7% PIB) con un 18,4 % de empleo.
En el extremo opuesto, las actividades de Agricultura y Pesca contribuyen en un ínfimo 0,7 % al PIB de las islas y ,con la Industria manufacturera y la rama de información y comunicaciones, son las únicas ramas que mantienen niveles inferiores a los del inicio de siglo. En definitiva la lectura detallada del PIB Balear y su evolución en este siglo puede resumirse en: economía basada en el turismo (Alojamiento, transporte, comercio y restauración); menos agricultura, industria, información y comunicaciones; y mucha más actividad inmobiliaria.
¿Engordamos de músculo o grasa? ¿Economía real o “economía de casino”?