El Cercle d’Economía de Mallorca ha organizado un coloquio sobre el entorno geopolítico actual, y cómo afecta a la economía española y balear. En este foro, el consejero ejecutivo de BBVA, José Manuel González-Páramo, se ha referido a la ralentización del turismo en España, yen particular, en Baleares. Para combatirla, propone “encontrar formas de ampliar la temporada o competir con mecanismos distintos del precio, para no limitar cualquier recorrido al alza del sector”.
El consejero ejecutivo responsable de economía, regulación y relaciones institucionales de BBVA ha advertido que tras varios años de muy buen comportamiento del sector turístico, 2017 y lo que llevamos de 2018 apuntan a síntomas de agotamiento para la principal industria balear.
Esto se debe a motivos temporales como el clima, pero también a otros factores como la recuperación turística de países inestables geopolíticamente, la pérdida de competitividad de los precios y la saturación de algunos puntos en temporada alta. Aun así, 2017 volvió a ser un buen año, con un nuevo récord de visitantes (8,8 millones, un 4,6% más que el año anterior, frente a un aumento del 3% de media en España). Se registró también un récord también en el gasto, que creció por encima del 10%, y es ya el 48% del PIB regional.
Crear empleo de mayor calidad, el principal reto de la economía de Baleares
Sobre la economía balear, ha resaltado sus tasas de crecimiento, del 3,8% en 2016 y el 2,7% en 2017. De cara al futuro ha anticipado que, aunque se espera que modere su dinamismo, el escenario continuará siendo favorable. Así, se prevé que el PIB de las Islas Baleares aumente al menos un 2,6% en 2018 y en un 2,2% en 2019.
José Manuel González-Páramo ha señalado que pese al crecimiento significativo del empleo (EPA) en la región – del 3,4% en 2018 y 2,6% en 2019 – aún quedan desafíos importantes por delante. “El gran reto de Baleares, y en general de la economía española, es reducir la temporalidad y la estacionalidad, para crear más y mejor empleo”, ha dicho.
Respecto a España, ha destacado que “el crecimiento económico sigue siendo elevado en un entorno de relativa incertidumbre”, pese a la revisión a la baja de las expectativas de crecimiento(2,6% en 2018 y 2,4% en 2019). Esta bajada de las previsiones para el PIB se debe en parte a factores globales “menor crecimiento de la UE, precios del petróleo más elevados y el proteccionismo existente en ambos lados del Atlántico”, ha explicado. Pero también responde a factores como la incertidumbre política, la situación en Cataluña y la desaceleración del turismo.
Aun con todo, espera que en 2018 – 2019, la economía española llegue a niveles precrisis, ha afirmado. El consejero ejecutivo de BBVA ha apuntado a diversos indicadores que lo explican: la mejora de la tasa de paro y del saldo por cuenta corriente, la utilización de la capacidad productiva y el crecimiento de la remuneración real por asalariado.
Sin embargo, ha advertido sobre el posible impacto de la incertidumbre en la política económica en 2019, en materia fiscal y de gasto. Así, es posible que el déficit público se reduzca tan solo dos décimas este año, hasta el 2,8% del PIB. Para 2019, ha continuado, en un escenario sin cambios en la política fiscal, se espera un déficit del 2,2% del PIB, lo que obligaría a nuevas medidas para alcanzar la senda acordada con la Comisión Europea, del 1,8%.
Un entorno global cambiante y complejo
José Manuel González-Páramo también ha dado unas pinceladas de la situación política y económica global. Ha señalado que observa un crecimiento robusto pero no homogéneo entre las distintas regiones del 3,7% en 2018 y un 3,6% en 2019, lastrado por el menor crecimiento de algunas economías emergentes.
En este contexto, se aprecian, a su juicio, incertidumbres crecientes. Entre ellas, ha mencionado la normalización de la política monetaria del Banco Central Europeo y la Reserva Federal de EE.UU, y las presiones sobre las economía emergentes por la depreciación del dólar. Además, se ha referido a la escalada proteccionista entre EE.UU. y China y a la crisis de identidad que atraviesa Europa.
Una de las cuestiones clave para que el proyecto europeo avance es “acercar la UE a los ciudadanos”. Es fundamental, ha dicho, que la UE conecte mejor con los ciudadanos, con mayor transparencia. Además, la UE debería desarrollar un ‘Plan de Acción’, mediante el impulso de tratados que abarquen cinco áreas: economía, seguridad, defensa, globalización y cambio climático.
Asimismo, es esencial para el futuro de Europa que se complete la unión bancaria y la unión de los mercados de capitales, piezas del puzzle europeo hacia una unión fiscal y monetaria. José Manuel González-Páramo considera que estos aspectos son necesarios para completar un proyecto europeo “de éxito” hasta la fecha, pero que “está inacabado”.