El actual presidente de la Autoridad Portuaria de Baleares (APB), Francesc Antich, cuyo nombramiento fue publicado el pasado mes de septiembre, expuso minuciosamente ante los socios del Cercle los objetivos de su mandato y las cifras manejadas por la institución estatal.
La gestión del 95% de la movilidad y conectividad de mercaderías y el alto volumen de negocio que se gestiona desde la APB con cinco puertos en pleno rendimiento han llevado a planear, según apuntó Antich, una estrategia centrada en cinco líneas centrales y transversales: la excelencia en los servicios de transporte de pasajeros y mercancías; el refuerzo de la interrelación entre el puerto y la ciudad; la contribución al desarrollo económico de la comunidad; asumir el liderazgo en la preservación del medio ambiente, la sostenibilidad y la responsabilidad social corporativa y la apuesta por la innovación y las nuevas tecnologías.
Para ello, la APB está desarrollando numerosos proyectos de reducción de la huella carbónica, uso de hidrógeno en las estaciones marítimas, impulso de las energías renovables en las estaciones , sensores de vigilancia de la calidad del aire y puntos de recargas eléctricos, entre otros, orientados a la consecución de un «puerto verde e inteligente». Además, se prevén reformas de los puertos de Palma, Mahón, Ibiza y La Savina y el Muelle de Alcudia .
Dentro del sistema portuario estatal, las Illes Balears ocupan el primer lugar en cuanto a escalas de buques y pasajeros, el segundo en cruceros y el 11º en volumen de mercaderías
Mientras en 2019 los ingresos globales contabilizados fueron de 89.209.000 €, el año de la pandemia se redujeron a 66.685.000 €. Según los datos del presidente, las aportaciones más significativas (un 55% en 2019 y un 68% en 2020) fueron las actividades de recreo mientras que los ingresos obtenidos por los cruceros, un 16% en 2019, fueron del 1% en el año del COVID19.
