Dos meses después de la muerte de Josep Piqué (6 de abril de 2023, Madrid), a los 68 años, amigos y familiares se han reunido en la tarde de este lunes en el salón de actos del Cercle d’Economia, del que fue presidente en dos mandatos (1995-1996 y 2011-2013), para rendir homenaje a su figura. Los Cercles d’Economia de las Islas –Mallorca y Menorca- se sumaron al nutrido, merecido y emotivo acto que puso el acento en un hombre que ha dejado profunda huella en colaboradores y allegados, en amigos o en adversarios políticos. Un hombre que no decía nunca no y que a nosotros nos dijo que sí en tres ocasiones recientes: participó, con Antón Costas, en el acto central de nuestro 25 aniversario en el Castillo de Bellver, colaboró en el Libro contra el Olvido y nos ilustró en una brillantísima conferencia sobre el incierto mundo que nos viene. En una palabra, Pep Piqué era un hombre que siempre daba: nos dio su tiempo, nos dio su aliento y nos dio su enorme conocimiento. Sólo su tiempo ha desaparecido: su aliento y sus contribuciones permanecerán. Cuando los hombres buenos y los buenos hombres – como Pep- mueren, sus contribuciones siguen viviendo. Ayer lo pudimos comprobar.